Maravilloso. Me hace extrañar el baile, los ensayos, el rush que se siente antes de salir al escenario, y la preparación mental días antes de la función.
Uno nunca sabe lo que puede pasar cuando estás en pleno escenario. Los nervios pueden traicionar y elevan considerablemente la adrenalina. Y de igual manera, la adrenalina es la que te ayuda a entregarte por completo, aún cuando tus músculos no den más. El solo hecho de estar en plena tarima y con un público que lo que quiere es disfrutar un buen espectáculo, es más que suficiente para entregarte por completo.
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