El otro día tuve un monólogo buenísimo. Y es que hablar solo, a mi parecer, no es un acto de locura sino una exposición de pensamientos en voz alta. Y funciona. Las veces que me toca escribir menciones de radio, leerlas en voz alta les genera otro sentido, y lo que lucía lindo en papel, cuando lo dices en voz alta suena radicalmente mal. No sé, pero es así.
Aquí va esto que no me encanta, pero que en cualquier momento puedo tomar como referencia. Esta mañana llegué a la oficina y dije en voz alta "un día más", y el otro redactor de mi grupo me escuchó y espetó, "un día menos".
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