Este comercial tiene dos visiones poderosas (y muy personales, claro).
La primera es que rompe fronteras al no necesitar diálogo para entenderlo. Sin contar que la historia es tan universal que me levanto, aplaudo y grito BRAVO.
La segunda y quizás la más reveladora (nuevamente, para mí), es que me invita a hacer algo nuevo. Mi temor diario es que el tiempo corre, corre mucho y a veces no pasa nada. Es culpa de uno, sí, quizás, totalmente. Pero también es cierto que me "medio" rompo la cabeza pensando qué es aquello nuevo que debería de empezar. Hay días que vocifero EUREKA y otros donde simplemente me doy cuenta que no sé en lo que estaba pensando.
Espero que el momento esperado llegue. Porque cuando uno está plenamente seguro de lo que quiere, el camino no es más fácil pero sí más claro.
Hasta luego.
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