¿Se vale escribir después de un día de publicación? Anoche sentía la súbita necesidad de publicar, aun cuando mis ojos clamaban merecido descanso. Amo la libertad. Creo en el poder del pueblo. Pero en este pueblo llamado Epa Chinita!, yo soy autoridad y, hasta ahora, única habitante. Por eso, hoy escribo sin vergüenza alguna.
Al video. Representa las escenas sangrientas más cómicas que he visto, e irónicamente, representan, al pelo, mi fin de semana. Sangriento, pero cómico, trágico, pero triunfante, estresante, pero aventurero.
Fui anfitriona de más de 12 personas en mi casa de la playa, con tres Filas Brasileros que se portaron de la patada frente a mis invitados. Además, vale decir que el resultado del amor de mis perros hacia mí, dejaron como saldo rasguños y morados en mi cuerpo. Por cierto que en la vía, se me espichó un caucho y no tenía otro de repuesto. Esperando la ayuda, creí que me iban a robar. Y, para más colmo, la noticia del viernes negro (¡qué gran revival de la 4ta República!), en un país que está en llamas. Medidas económicas que golpean al venezolano con una devaluación heavy de la moneda, un control de cambio que sigue azotando, y con un dólar que cuesta el doble de su precio original.
Hoy sigo intentando asimilar que mi sueldo se redujo a la mitad. Y que soñar me costará el doble.
Al video. Representa las escenas sangrientas más cómicas que he visto, e irónicamente, representan, al pelo, mi fin de semana. Sangriento, pero cómico, trágico, pero triunfante, estresante, pero aventurero.
Fui anfitriona de más de 12 personas en mi casa de la playa, con tres Filas Brasileros que se portaron de la patada frente a mis invitados. Además, vale decir que el resultado del amor de mis perros hacia mí, dejaron como saldo rasguños y morados en mi cuerpo. Por cierto que en la vía, se me espichó un caucho y no tenía otro de repuesto. Esperando la ayuda, creí que me iban a robar. Y, para más colmo, la noticia del viernes negro (¡qué gran revival de la 4ta República!), en un país que está en llamas. Medidas económicas que golpean al venezolano con una devaluación heavy de la moneda, un control de cambio que sigue azotando, y con un dólar que cuesta el doble de su precio original.
Hoy sigo intentando asimilar que mi sueldo se redujo a la mitad. Y que soñar me costará el doble.
El dólar a 4,30 BsF. Quién lo diría...
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