Pretender entender una palabra de lo que viene es casi tan improbable como que yo entienda chino. Sí, ironía innegable. C'est la vie.
Y aún cuando parece un kareoke en el que puedes aprender a pronunciar/balbucear palabras de dialecto desconocido (en realidad de Istanbul), las referencias que usan son usables, valga la redundancia.
Simpático, pues.
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