La búsqueda de uno mismo a veces se vuelve eterna. La necesidad de encajar y sentirte cómodo a veces cuesta. A mí me cuesta. Necesidad de no sentirte extraño entre conocidos. Necesidad de no sentirte distinto con los que te quieren. Necesidad de un planeta que tenga una pequeña parcela para tu bienestar mental.
Algunos se colocan antifaces. Otros interpretan a un personaje, un personaje inventado a su medida, de talla perfecta. Otros tantos se esconden y muchos otros, simplemente, desaparecen.
Todos buscamos un hogar.
Yo tengo mis refugios. Pero sigo damnificada, sigo buscando hogar.
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