Lugar nocturno, música alta y un niño que bailaba con una pasión que ruborizaba. No pude quitarle la mirada de encima. Sentí envidia.
Ahora bailo con pudor. Muestro tanto, tanto, tanto cuando bailo que es como desprenderme de cada prenda que llevo puesta. Es quedarme desnuda, expuesta, en evidencia. Y a estas alturas, siento vergüenza.
Bailar es un lenguaje. Capaz por eso lo hago. Va más allá de un movimiento, de una palabra, del silencio.
Ahora bailo con pudor. Muestro tanto, tanto, tanto cuando bailo que es como desprenderme de cada prenda que llevo puesta. Es quedarme desnuda, expuesta, en evidencia. Y a estas alturas, siento vergüenza.
Bailar es un lenguaje. Capaz por eso lo hago. Va más allá de un movimiento, de una palabra, del silencio.
Sin abrir mis labios, lo digo todo, a mi manera.
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