15.8.08

A.L.G.O.

Bailar…
es mi palabra en movimiento. Es decir que siento. Es decir que amo. Es decir que vivo. Que existo. A mi manera.

Caracas fue la protagonista. Yo sólo disfruté bailar en ella. Con ella.

Y Lúber… fue mi hilo conductor, mi eje, mi piso. El ojo que capturó imágenes que pasan desapercibidas. Imágenes que sólo él las volvió a la vida, devolviéndoles su belleza. Imágenes con belleza que nadie aprecia, que se pierden en el tiempo, pero que se tornan hermosas por aquel quien realmente las ama.

No hay mucho más que decir. Ya lo dicho se expresó. Y lo hice, esta vez, de la mejor forma que conozco… Bailando.




Algo from guayoyo motion graphics on Vimeo.

5.8.08

Epa chinita!

Sí… el ¡Epa Chinita!

¡Epa, epa, epa! Sonoro, local, casual, malandro, un llamado informal, un tú con tú y el que se quiera juntar. Eso es el "epa" que conozco, que siempre he escuchado, que he dejado de escuchar. Hasta hace poco…

¡¡¡Epa Chinita!!!

Una china que no es china, una china como cualquier china venezolana que al menor rastro de ojos rasgados ya es china con descendencia china, valga la redundancia y la cacofonía. Es decir, no se puede ser filipina, coreana, japonesa, hawaiana, india, guajira, no, no, no. China. La-China. La Chinita por aquello del tamaño.

Y confieso:

Uno. No me gusta que me llamen con un "Epa". Siento que cometí un delito. Siento que me tratan como hombre. Y pues no. Me rehúso.

Dos. No me gusta que me llamen china. En Caracas ya hay demasiadas chinas. Y a las que son asiáticas de verdad y les dicen las chinas, no lo son. En realidad son japonesas. En fin, ya asumí mi rollo. Y si me llaman "chinita" (me gusta), sonrío y volteo.

Y siendo más honesta aún:

El ¡Epa Chinita! Es tan sonoro, canoro, disonante y muy armónico, a su manera, que me es agradable y, sin duda, hasta catártico.

Así que lo que venga de aquí en adelante es… ¡Epa Chinita!