Terminaron los Días Santos de Reflexión sobre el espejo. Y las consecuencias de tanta introspección dieron resultados negativos. Hoy siento más que nunca el peso de mis culpas y el remordimiento que yace sobre mis nalgas, mis muslos y mi vientre. Me confesé. Ahora pago penitencia.
Y aunque pague por todo lo hecho, volveré a caer. Me rendiré y me dejaré llevar, cual Judas, por el helado, los chocolates, las galletas, la pizza y las cotufas que me comí.
Tengo sueño y esto hay, pero HAY, que verlo.
Y aunque pague por todo lo hecho, volveré a caer. Me rendiré y me dejaré llevar, cual Judas, por el helado, los chocolates, las galletas, la pizza y las cotufas que me comí.
Tengo sueño y esto hay, pero HAY, que verlo.
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